23 Oct
2025
Transformar la gestión de la seguridad operacional mediante el uso inteligente de los datos
La Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) en su documento 10159 establece un marco para transformar datos en decisiones informadas, anticipar riesgos y mejorar la gestión de la seguridad.
Sus principales objetivos incluyen: convertir datos en inteligencia útil, apoyar la gestión de riesgos, fomentar decisiones basadas en evidencia, promover la cultura de reporte voluntario y facilitar el intercambio de información entre actores.
Aplicar estos principios permite detectar condiciones inseguras antes de que se conviertan en incidentes, optimizar procesos, proteger la información crítica y construir una cultura de seguridad proactiva y colaborativa.
- El primer objetivo es convertir datos en inteligencia útil, lo que implica recopilar información de múltiples fuentes —sensores, registros de mantenimiento, reportes de incidentes, datos ambientales— y procesarla para identificar patrones, correlaciones y señales tempranas de riesgo. Por ejemplo, en una instalación técnica, los registros de fallos de componentes eléctricos pueden revelar que ciertos equipos fallan con mayor frecuencia bajo condiciones de humedad elevada, lo que permite ajustar los protocolos de inspección y mantenimiento preventivo.
- El segundo objetivo es fortalecer la gestión de riesgos mediante la identificación sistemática de peligros, la evaluación de su probabilidad e impacto, y la implementación de medidas de mitigación basadas en evidencia. Esto se traduce en una mejora continua del sistema de gestión de seguridad (SMS o SGS), donde cada decisión está respaldada por datos concretos. Un ejemplo práctico sería el análisis de datos de incidentes de seguridad, recomendaciones y acciones correctivas que se gestionan desde el sistema SAMSA.
- El tercer objetivo es fomentar la toma de decisiones basada en datos, lo que se conoce como D3M (Data-Driven Decision Making). Este enfoque permite a los responsables técnicos y operativos tomar decisiones más precisas, rápidas y justificadas, reduciendo la dependencia de la intuición o la experiencia individual. En la práctica, esto puede significar que, al planificar una nueva instalación o procedimiento, se utilicen datos históricos de rendimiento de equipos o entornos similares para seleccionar tecnologías y métodos más seguros y eficientes.
- El cuarto objetivo es promover una cultura de reporte voluntario y proteger la información de seguridad. La confianza es clave para que los controladores, técnicos, operadores y supervisores reporten condiciones inseguras, errores o incidentes sin temor a represalias. Para ello, se han establecido canales de reporte, políticas claras de protección de datos y una cultura organizacional justa que valora la transparencia y el aprendizaje. Por ejemplo, el sistema de reporte interno que permite a a los controladores, técnicos y profesionales comunicar incidencias aumenta significativamente la detección temprana de riesgos.
- El quinto objetivo es facilitar el intercambio de inteligencia entre actores del sistema, lo que incluye departamentos internos, proveedores, clientes, reguladores y autoridades. Compartir datos y análisis permite construir una visión más completa de los riesgos, identificar tendencias comunes y coordinar acciones preventivas. En el entorno operacional y técnico, se comparten con los actores de cada especialidad los sucesos que diariamente se producen, así como la tendencia para correcciones tempranas de desviaciones y las mejoras de sistemas y protocolos de operación.
Además de estos objetivos, hay un ciclo de inteligencia de seguridad que incluye la evaluación de necesidades, la recopilación de datos, el procesamiento, el análisis, la visualización, la toma de decisiones y la retroalimentación. Este ciclo se integra en los procesos operativos y de gestión, permitiendo que la inteligencia fluya de forma continua y se convierta en un activo estratégico.
Por ejemplo, los sistemas automatizados, ETNA (sucesos técnicos), eDiINA (diario de torres), eDEN (diario de centros de control), IRIS (notificación de eventos técnicos por Control), etcétera, además de los formularios de notificación, generan alertas que se analizan por Seguridad Operacional y se integran en el sistema SAMSA con monitorización diaria y automática para evitar condiciones inseguras antes de que se materialicen.
Otro aspecto clave es la gobernanza de datos, en la que se definen políticas, roles, estándares de calidad, seguridad y metadatos para asegurar que los datos sean confiables, accesibles y útiles. Se integran fuentes diversas y se asegura que la información esté disponible para quienes toman decisiones.
El análisis de datos contempla enfoques que van desde el análisis descriptivo (qué ocurrió), diagnóstico (por qué ocurrió), predictivo (qué podría ocurrir) y prescriptivo (qué hacer al respecto), hasta el análisis integrado que combina múltiples fuentes y técnicas.
En la práctica, se trata del uso de herramientas de visualización (paneles y cuadros de mando) y también el uso de algoritmos de aprendizaje automático o modelos estadísticos para anticipar fallos, optimizar procesos y reducir riesgos.
Finalmente, se establece un código de conducta de principios de cultura justa, transparencia, uso adecuado de la información y cumplimiento normativo, aplicables a toda la organización.
ENAIRE, a la vanguardia
En ENAIRE estamos a la vanguardia en el cumplimiento del Documento 10159 de la OACI, que recientemente ha lanzado, donde ofrece una hoja de ruta para transformar la gestión de la seguridad operacional mediante el uso inteligente de los datos.
Su aplicación en entornos operacional y técnico permite anticipar riesgos, mejorar la toma de decisiones, fortalecer la cultura de la seguridad y construir sistemas más resilientes.
Adoptar estos principios no solo mejora la seguridad, sino que también optimiza la eficiencia operativa, reduce costes asociados a incidentes y posiciona a ENAIRE como referente en gestión proactiva de riesgos.
En un mundo cada vez más automatizado y complejo, la inteligencia de la seguridad es más que una herramienta: es una necesidad estratégica.
Initium novum.