Qué hacemos
Todas las aeronaves que despegan, aterrizan o transitan por nuestro espacio aéreo reciben servicios de comunicaciones, navegación y vigilancia a través de una moderna y completa red de instalaciones explotadas por ENAIRE.
De igual forma, estas mismas aeronaves son atendidas por el personal de control aéreo que, dependiendo de la fase del vuelo, presta servicio en una dependencia concreta, garantizando en todo momento que las aeronaves mantienen los niveles de seguridad que las separaciones entre ellas determinan.
En la siguiente infografía mostramos cómo se prestan los servicios de control de tránsito aéreo, según las fases de un vuelo.
Servicio de control de aeródromo: desde la torre de control del aeropuerto de salida, gestionamos los vuelos desde que ponen sus motores en marcha: controlamos el movimiento de las aeronaves en las calles de rodaje y los despegues de los aviones desde las pistas. Cuando las aeronaves han despegado, se transfieren los vuelos al peronal de control de aproximación.
Servicio de control de aproximación: una vez transferido el avión, se controla su ascenso, a través de las rutas de salida establecidas, hasta que la aeronave se incorpora a la aerovía correspondiente a su ruta, que forma parte de la red de rutas que cubre todo el espacio aéreo y conecta los aeropuertos. Esta fase del vuelo se gestiona desde la dependencia que presta el servicio de control de aproximación. Una vez en la aerovía, se transfiere la aeronave al equipo de control de ruta.
Servicio de control de área/ruta: el personal de control de ruta, una vez establecidos los vuelos en las aerovías, gestiona las aeronaves durante la fase de crucero, hasta que comience su descenso hacia el aeropuerto de destino. Ésta es la fase más larga del vuelo, y dependiendo de la ruta seguida por la aeronave, se controla desde los diferentes centros de control de ruta por los que pasa la aeronave, transfiriéndose los vuelos entre ellos de acuerdo a los procedimientos establecidos a nivel internacional.
Servicio de control de aproximación: el descenso de las aeronaves para aterrizar en el aeropuerto de destino, una vez que el vuelo ha sido transferido desde el control de área/ruta, lo gestiona el personal de control de aproximación, dirigiendo la trayectoria de estos vuelos hacia el aeropuerto de destino. Además, en los aeropuertos con más tráfico aéreo, se organizan las secuencias de aterrizaje, acomodando las trayectorias y las velocidades de las aeronaves hasta que llegan a las cercanías de los aeropuertos y están listos para comenzar su maniobra de aterrizaje, momento en que se trasfiere el vuelo a las torres de control.
Servicio de control de aeródromo: con los vuelos muy próximos al aeropuerto, y generalmente cuando las aeronaves están alineadas con las pistas de aterrizaje, el personal de control de torre autoriza el aterrizaje, cuidando siempre de que la pista esté libre tanto de otros vuelos como de cualquier objeto que pudiese afectar esta maniobra. Una vez que la aeronave ha abandonado la pista de aterrizaje, se controla el tránsito de la misma, a través de las calles de rodaje hasta la plataforma de estacionamiento.